Desde sus inicios en 2006, el marketing online se ha visto en una rápida, progresiva y muy obligada evolución.

Las nuevas tecnologías, el nacimiento de redes sociales como un nicho de potenciales consumidores y de nuevas segmentaciones, la adaptación de los smartphones y el acceso a internet como parte del día a día de sus usuarios ha convertido al marketing digital en un punto esencial en la comunicación corporativa.

Tanto es así que quien no tenga una cuenta online de cualquier tipo (propia o rentada), no es considerado en un proceso de compra.

Vivimos en una era que apunta a la completa digitalización de la comunicación, no existe mejor oportunidad para empezar un negocio pues el costo para empezar a promocionar en redes es casi nulo en comparación con los medios tradicionales y, gracias a esto, nunca ha sido más fácil comunicar un mensaje al mundo.

Facebook, YouTube, Instagram, Twitter, LinkedIn se han convertido en una extensión del día a día de nuestra sociedad, están ahí 24/7 para todos.

Esto, sin embargo, significa que, así como tú cada empresa, cada negocio, cada persona, todos sin excepción tienen la misma oportunidad de comunicar y, por ende, todos lo están haciendo de una manera u otra.

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Si bien mencionamos que nunca había sido más fácil comunicar un mensaje, nunca fue más difícil lograr que a alguien le importe y lograr romper con todo ese ruido.

Eres un empresario exitoso, has puesto tu corazón en tu negocio, todas esas noches sin sueño, días de trabajo de 18 horas o más los 7 días de la semana y ya lo has hecho todo.

Construiste tu propia web, creaste tu página de Facebook, creaste un canal de YouTube, escribiste un blog hablando de tu negocio e invertiste en tu contenido, pero por más que siguieras los pasos “correctos” parece irrelevante, nada está funcionando como debería y probablemente no lo hagan.

En el mundo de las ventas y, especialmente el marketing, existe un elemento primordial que ayuda a poder generar un mensaje, un concepto que nosotros conocemos de manera tácita.

¿Quién no recuerda una buena historia o una anécdota con la que se sienta identificado?

De hecho, esto no es nada nuevo; desde que las marcas y empresas descubrieron que es mejor contar una buena historia que mostrar una etiqueta, el bombardeo continuo de historias ha saturado nuestra comunicación, más aún en el medio digital donde, nuevamente, muchas son solo ruido para los grupos de personas que no se identifican con la historia que se está tratando de contar.

Muchas veces encontramos historias por internet que llegan a viralizarse, pero por cada una de esas historias que tienen amplio alcance, miles de otras quedan relegadas y se pierden en el tráfico diario de las redes sociales.

¿Por qué sucede esto?

Usualmente dentro de las estrategias de marketing, se ven resultados de campañas y se utiliza un método de análisis descriptivo el cual comprende los datos, sí, pero no se realiza un análisis cuantitativo en base a la implementación de algoritmos de variables de data diseñados para la optimización de estrategias digitales que se apoyen del análisis de la data de medios online.

Es este el punto de inflexión en la conversación, la analítica de datos.

Podemos describir la analítica como un proceso matemático o, para ser más específico, estadístico. Es la rama que permite cuantificar las acciones de marketing y no solo eso, sino que además permite predecir para reducir riesgos y evitar tomar decisiones erróneas

Hoy en día la analítica de datos está danto mayor valor económico y está disminuyendo el riesgo en la inversión en campañas de marketing.

Si implementamos un sistema de analítica de datos que permita cuantificar las variables posibles para una segmentación y un mensaje aplicable en el marketing se puede garantizar que una campaña llegue y cale en el target y se evitan acciones de comunicación vacías y arrojadas a la nebulosa de la comunicación online.

En pocas palabras, el marketing puede (y muchas veces debería) ser entendido como un sistema de ecuaciones y variables en el cual la data es parte fundamental de la concepción de una estrategia.

Es esta fusión de ciencia e ingeniería para el análisis de datos con el marketing para la comunicación lo que llamamos: MARKETING CIENTÍFICO.

El Marketing Científico es el brazo analítico del marketing, el cual busca las causas del comportamiento del consumidor en base al análisis científico de datos.

Es decir, entender el comportamiento de tus usuarios y consumidores para poder realizar pronósticos acertados y tomar las decisiones adecuadas en base a éstos. Y muchas de las veces esto se dará dándole soluciones a necesidades que ni ellos sabían que tenían pero que se basan en cómo se desenvuelven dentro del mundo digital.

Es un facilitador que permite que marcas y sus dueños entiendan como sus redes y sitios web son encontrados por los usuarios, además de cómo estos reaccionan al contenido y si este es relevante para ellos.

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Pero entremos un poco más a fondo para poder entender la importancia del Marketing Científico.

Para saber cuáles son los contenidos que mejor funcionan con tu audiencia, si estás convirtiendo a tus seguidores en redes sociales en visitantes de tu web o cuántos de tus leads o conversiones finales proceden de social, es necesario medir y analizar cada una de las acciones que realizas en redes sociales.

Además, el marketing científico es uno de los mejores termómetros para las marcas porque ayudan a saber cómo es la reputación online de una compañía y el grado de conocimiento del usuario sobre la misma, al tiempo que establece las pautas que ayudan a identificar el éxito o el fracaso de una estrategia de comunicación.

¿Cómo funciona el Marketing Científico?

En un primer paso, se basa en “research”, recopilación de datos esparcidos en la web segmentados en tres tipos de fuentes de datos:

  • Big Data: Base transaccional, CRMs, fuentes sociales, motores de búsqueda, entre otros.
  • Fast Data: Google Ads, Google Analytics, Facebook Ads, Campañas en Google, landing pages, entre otros.
  • Small Data: Data pública, encuestas, registro de contactos, entre otros.

Esta información se pasa por un motor de procesamiento de datos el cual ordena y filtra los datos para poder tener patrones específicos de usuarios.

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Una vez ordenada la data, se puede tener una comprensión rápida de la información: gracias a las representaciones gráficas podemos ver grandes cantidades de datos de forma clara y coherente, lo que facilita la extracción de conclusiones e insights que puedan ser utilizados como base para una estrategia de marketing digital que aproveche el Storytelling para generar un mensaje adecuado y así lograr una mayor efectividad en una campaña de marketing.

De este modo no solo se puede aprovechar la data para contar una historia relevante, sino que, además se aprovecha la inversión en los canales adecuados.

El Marketing Científico es el antes y el después, un punto de partida imprescindible pero también un método preciso de evaluación, un indicador de mejora y de evolución constante, evolución que debe estar directamente ligada a toda marca y a toda empresa que busque ser recordada.

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